Mudarse siempre es estresante para la familia porque implica mucho trabajo y, si tienes niños, lo será más desordenado debido a que todos quieren ayudar y no faltarán las cosas que se romperán y la locura que se desatará a la hora de organizarlos para el viaje. Pero, con unos pocos consejos lograremos que la mudanza sea menos estresante.
La primera cosa que debemos hacer, como en cualquier mudanza, es la organización previa al proceso, desde el embalaje de todas las cosas hasta dónde y cómo viajarán los niños, que dependerá de la cantidad y sus edades. Siempre, existen algunas cosas pueden comenzar a empacarse con mucha antelación, para lo que aprovecharemos que los niños estén en clases, o en deportes o danza, para hacerlo sin su correteo constante alrededor de nuestra tarea.
Durante esta etapa, es necesario comunicarles a los pequeños las razones de la mudanza, las buenas cosas que encontrarán en la nueva residencia y cómo pueden ayudar a que la adaptación sea mejor. Para esto, los mayores pueden ayudar a los más pequeños a entender.
También se debe planificar con antelación el proceso de la mudanza en sí, desde que llega el camión hasta donde nos montamos en el coche para iniciar el viaje, que debe ser lo más cómodo para los pequeños. Si es necesario, pedir ayuda a un familiar de confianza para habilitar otro vehículo que lleve parte de ellos con más comodidad.
Mientras llevas adelante el proceso de carga, bien sea por la familia o dirigiendo a los trabajadores de una empresa de mudanza, es mejor pedir a un familiar la única responsabilidad de cuidar a los niños. Donde sí es importante involucrar a los niños es en el embalaje de sus cosas, preguntar por sus juguetes favoritos, cuáles quiere llevar en el carro y cuáles puede dejar, tal vez regalarlo a un amigo.
Asegúrate también de llevar en el auto su música preferida, sus alimentos favoritos y preparar el mejor humor posible para cantar “en familia”, además de conocer los juegos que más les divierten más.
Uno de los factores a tomar en cuenta es el correcto embalaje de las cosas de los niños, pues en el caso de romperse alguno, no tendrán la misma comprensión que los adultos y esto puede tener como consecuencia la dificultad para adaptarse al nuevo hogar.
Al llegar a los nuevos espacios, es importante que los niños contribuyan a escoger sus habitaciones, bajo la supervisión de los padres, y ayuden a desempacar y decorar sus habitaciones con sus afiches, juguetes, mantas y adornos acostumbrados para que el cambio nos sea tan traumático.
Finalmente, aunque los niños no tienen la última decisión sobre las decisiones de la mudanza o los arreglos finales en la nueva residencia, deben ser también involucrados en la tarea de la mudanza, ya que esto hará que se sientan más partícipes en el proceso y hará más placentero y divertido este acontecimiento que conlleva para ellos dejar a los amigos detrás y encontrar nuevas amistades, nueva escuela y nuevos lugares de juegos.